sábado, 23 de noviembre de 2013

Los riesgos de un estancamiento en China: ¿Cómo mitigar sus efectos?

Por Piero Ghezzi.
 
En los últimos meses, conocidos analistas internacionales han resaltado el riesgo de que la economía China se desacelere sustancialmente. Esto ha causado gran preocupación local, dado el efecto sumamente favorable de China sobre la economía peruana.

El efecto del crecimiento chino sobre el peruano es inequívocamente positivo: fundamentalmente mayores exportaciones a China (particularmente materias primas) y mayor potencial de inversión china en el país. En contraste, el efecto del mayor crecimiento de Estados Unidos es ambiguo: sería neutralizado con política monetaria más restrictiva de la Reserva Federal.

El riesgo de que China se estanque por mantener un modelo insostenible no es un tema nuevo. La desaceleración reciente de su crecimiento y las acciones del nuevo Premier Li Kegiang simplemente reactivaron la discusión.

Pero la experiencia recomienda circunspección. Sobre las advertencias acerca de China en los últimos 35 años, el economista australiano Ross Garnaut comentó: "Los pesimistas son más expertos y conocidos, pero los optimistas normalmente están en lo correcto".

En las décadas previas a la crisis financiera del 2008, China tuvo dos pilares complementarios en su crecimiento: exportaciones manufactureras e inversión.

El sector exportador era muy rentable gracias a los costos laborales y financieros bajos, y un tipo de cambio subvaluado. Las exportaciones manufactureras requerían, a su vez, de alta inversión que era financiada por las amplias utilidades corporativas y ahorros de los hogares.

Este modelo de crecimiento, junto con medidas para aumentar la productividad del agro y mejorar la educación a comienzos de la década de 1980, permitió un crecimiento anual promedio de 10%, y una reducción de la pobreza del 85% al 13% entre 1981 y 2008. Sin embargo, el modelo poseía dos grandes desequilibrios: externo, con cuentas corrientes superavitarias muy altas; e interno, con alta inversión y bajo consumo.

La desaceleración de la economía mundial luego de la crisis financiera del 2008 redujo el primer desequilibrio: China pasó de un superávit en cuenta corriente cercano al 10% del PBI en el 2007 a alrededor del 2% en años recientes.

Sin embargo, el desequilibrio interno se exacerbó. China compensó la menor demanda externa con un programa de inversiones masivo. Así, ésta pasó del ya elevado 40% del PBI, a casi 50%. Como la inversión se usó para generar demanda, y no con criterios técnicos, fue improductiva. La contraparte fue el aumento del crédito, que pasó del 130% del PBI en 2008 a 200% en la actualidad.

Que China pasó de un crecimiento de 10% a uno de alrededor de 7.5% es ya una realidad ampliamente asumida. Las incógnitas son si la desaceleración llega a ser mucho mayor, y cuán duradera sería. Para ensayar respuestas, tiene sentido diferenciar dos riesgos, no mutuamente excluyentes:

El riesgo de mediano (y largo) plazo es que China se estanque. China presenta características de los países que lo hicieron en el pasado. Su estancamiento se daría, además, en conjunto con factores demográficos negativos, y caída en la inversión y en la productividad. Naturalmente no está dicho que China se estancará y ya se están tomando medidas para evitarlo, pero es un riesgo significativo.

El riesgo que más preocupa a analistas internacionales es que en el corto plazo China se desacelere abruptamente, a digamos un 3%. Los “aterrizajes” luego de auges crediticios son normalmente recesivos.

Una desaceleración abrupta en China posiblemente se evitará. Si bien se han deteriorado, las hojas de balance de los bancos, hogares y del gobierno se mantienen sólidas y pueden mitigar el círculo vicioso de contracción de crédito, recesión y malas deudas característico de crisis financieras.  Pero no se puede descartar. Al no ser anticipada, tendría efectos sustanciales sobre la economía mundial y los precios de materias primas.
 
¿Cuál de los dos riesgos es más importante para el Perú?
 
El riesgo de un desaceleración china abrupta es inmediato, pero manejable. El Perú tiene los recursos y la credibilidad macroeconómica para implementar políticas contracíclicas que limiten sus efectos. Además,  China posiblemente se recuperaría acentuadamente luego de una desaceleración abrupta pero cíclica.

El riesgo de que China se estanque en el mediano plazo es el más importante. Comprender esto nos conduce al tema de fondo. Pese a sus mejoras sustantivas, la economía peruana es todavía poco diversificada. Un porcentaje sustancial de nuestro crecimiento desde el 2003 es consecuencia de mejores precios de materias primas.  Es improbable que sin el motor minero-energético el alto crecimiento de la demanda interna pueda auto-sostenerse.

En los próximos tres años aumentará sustancialmente la producción minera. Esto podría reducir los efectos de una caída en precios como consecuencia del estancamiento chino. Pero la menor inversión minera hoy (50% de la inversión total) afectará el crecimiento en los años subsiguientes.

El Perú tiene sus propios problemas de mediano plazo, inclusive si China mantuviera un crecimiento alto (“Aprovechando la Estrecha Ventana de Oportunidad”, http://quesepuedehacerconelperu.blogspot.com/2013/11/aprovechando-la-estrecha-ventana-de.html). La poca diversificación debe enfrentarse ampliando urgentemente las capacidades productivas. Por ejemplo, deben crearse burocracias técnicas altamente especializadas en áreas como educación y lucha contra actividades delictivas. También se pueden crear clusters productivos. Asimismo, se podría  hacer política comercial más estratégica para que el volumen y la gama de productos exportados aumenten (“Cómo diversificar la economía”, http://quesepuedehacerconelperu.blogspot.com/2013/11/como-diversificar-la-economia.html). Afortunadamente estamos a tiempo para hacer ajustes.  Si tomamos acción, las preocupaciones sobre China pueden terminar siendo una buena noticia.
 
Publicado el 8 de agosto del 2013 en Gestión.

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